Y se fue

Por lo general construyo en torno a semi-obsesiones, por llamarlas de algún modo que me aleje de la típica caracterización... obseso(!) -ojo, no obeso. Entonces, siempre ha sido así, o todo o nada, adentro o afuera, abierto o cerrado. Me da por leer y lo leo todo, me da por correr y corro dos veces al día. Es imposible, no puedo hacer las cosas en un término medio, quizás me da demasiada lata la mediocridad, el termino medio, prefiero estar siempre muy arriba o muy abajo.

Ahora quiero hacer música, demasiadas ganas de hacer música, pero quiero darle tiempo, quiero darle espacio, equipos, volumen, etc. El problema es que algo tiene que quedar afuera, y como siempre, estoy en los límites,si dejo algo afuera empezaré a cojear. Lo más triste es que se acaba el tiempo disponible que he tenido ultimamente, desde el lunes vuelvo a las rutinas de anciano que tengo: despertarme a las 5:45, dormirme a más tardar a las 11, leer, estudiar, llegar antes que todos, irme rápido, economizar tiempo, racionalizar recorridos, buscar atajos... maximizar. Sin embargo esa maximización no me traerá a mi guitarra (ojalá con pedales nuevos y ampli nuevo), sino que me llevará a los libros, al pnud, a la Ambar. No me molestan esos destinos, de hecho me gustan, me agradan, me siento bien en ellos (quizás en el pnud no tanto). Entonces, creo que los días se debieran distribuir de mejor forma... pero ni idea cómo.

Los días se ven venir buenos, cansadores, pero gratos, sin embargo me da miedo esa cojera que se forma cada vez que tengo más tiempo del que suelo tener, era cosa de tener un mes y tener la guitarra en mis manos, sabía que iba a pasar. La verdad es que quiero más tiempo, quizás 4 meses de vacaciones (es el tiempo que ha pasado desde que estuve en la última clase).

Lo más triste de todo, es que sospecho que no me quedan más veranos, o sea, me quedan pero no de los clásicos veranos en los cuales me aburria con tanto tiempo libre. Lástima.

Veremos que pasa.

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